Dios sigue bendiciendo Horeb y proporcionando la ayuda que Horeb necesita para que siga adelante.
Gracias a Dios por la lluvia temprana y la tardía.
Cuando miras a tu alrededor, sigues viendo la belleza de la naturaleza de Dios, y su grandeza y poder en la simplicidad de lo pequeño, como este campo cercano a Horeb que aunque estaba blanco, no era de nieve sino de flores.
Gracias Dios por mostrarnos tu poder y majestuosidad en las cosas creadas, para que las disfrutemos, al igual que podemos disfrutar de ti en lo invisible.