El otro día fui a trabajar un poco en horeb y me encontré un paisaje primaveral muy blanco.
La montaña de El carche en el horizonte (arriba) y la Sierra de Salinas (abajo) cercana a nosotros tenían en sus cumbre un manto de nieve.
Aunque hacía menos de 10 ºC, el sol empezaba a calentar y hacía agradable la mañana, pero aún encontraba en los charcos provocados por la lluvia de días anteriores, una capa de más de un centimetro de hielo.
Dios sigue bendiciendo Horeb y proporcionando la ayuda que Horeb necesita para que siga adelante.
Gracias a Dios por la lluvia temprana y la tardía.
Cuando miras a tu alrededor, sigues viendo la belleza de la naturaleza de Dios, y su grandeza y poder en la simplicidad de lo pequeño, como este campo cercano a Horeb que aunque estaba blanco, no era de nieve sino de flores.
Dios sigue bendiciendo Horeb y proporcionando la ayuda que Horeb necesita para que siga adelante.
Gracias a Dios por la lluvia temprana y la tardía.
Cuando miras a tu alrededor, sigues viendo la belleza de la naturaleza de Dios, y su grandeza y poder en la simplicidad de lo pequeño, como este campo cercano a Horeb que aunque estaba blanco, no era de nieve sino de flores.
Pero no sólo encontramos las montañas y la tierra cubiertas de blanco, sino que también los árboles aún conservan sus flores, indicando que será una buena cosecha de almendras.
"...lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa." Ro. 1:19,20
Gracias Dios por mostrarnos tu poder y majestuosidad en las cosas creadas, para que las disfrutemos, al igual que podemos disfrutar de ti en lo invisible.
Gracias Dios por mostrarnos tu poder y majestuosidad en las cosas creadas, para que las disfrutemos, al igual que podemos disfrutar de ti en lo invisible.