Una de las cosas que se debían hacer en Horeb era limpiar el terreno. Por más de tres años, el terreno ha estado abandonado y las malas hierbas y las "cabelleras" llenaban Horeb.
Después de evaluar diversas opciones, se decidió realizar un labrado. Por varios meses hemos esperado que llueva para poder labrar la tierra, y al final, la semana pasada llovió.
Esta tarde, un trastorista de la pedanía ha labrado el terreno. Le ha sorprendido que se haya podido limpiar tanto, y que no hayan crecido más plantas grandes como romeros. En tres horas ha terminado todo.
Gracias a Dios por el cuidado que ha tenido con el terreno de Horeb, y como ha provisto lo necesario para que Horeb siga adelante.