Me da tristeza cuando leo en Jueces 2:10-12
"Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel. Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales. Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová."
¿De quién era la culpa de que ellos no conocieran a Jehová, ni sus obras, ni sus estatutos? ¿Era de Jehová que no se había manifestado a ellos, como lo había hecho con sus padres?
Creo que la respuesta está en Deuteronomio 11. Allí cuando la generación de sus padres era aún joven, Jehová por medio de Moisés les dice:
"Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días.
Y comprended hoy, porque no hablo con vuestros hijos que no han sabido ni visto el castigo de Jehová vuestro Dios, su grandeza, su mano poderosa, y su brazo extendido, y sus señales, y sus obras que hizo en medio de Egipto a Faraón rey de Egipto, y a toda su tierra..." (Deu. 11:1-3)
Jehová sabía que era más difícil que sus hijos le amaran porque no sabian de Jehová, ni le habían visto; sin embargo, los padres sí que podían amar a Jehová y guardar sus mandamientos porque conocían experiencialmente a Jehová.
Por ello, ¿Qué debían hacer los padres?
"Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos." (Deu 11:18)
Los padres debían guardar la palabra de Jehová y ponerla para no olvidar. Tenerla siempre presente. Pero esto no era todo. Había una segunda parte:
"Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas;
para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra." (Deu.11:19-21)
Los padres también debían enseñarlas a sus hijos, en todo tiempo, para que Jehová les bendijera.
Pero esto no fue realidad en las vidas del pueblo, sino que de unos padres "tibios", les nacieron hijos "fríos" en su relación con Jehová.
¡Vive una vida unida a Dios, y vívela junto con tu hijo! ¡Ama a Dios y haz que tu hijo también ame a Dios !
Haz que tu hijo conozca vivencialmente a Dios.
En Exodo 13 habla sobre esto. Cómo un padre comparte con su hijo quién es Jehová y lo que "Jehová hizo conmigo" (Ex. 13:8), vivenciando la obra de Jehová en su vida y en la de su hijo.
No permitas "entibiarte". Pon ejemplo de una relación estrecha con Dios para que tu hijo no sea "otra generación que no conocía a Jehová"
"Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel. Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales. Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová."
¿De quién era la culpa de que ellos no conocieran a Jehová, ni sus obras, ni sus estatutos? ¿Era de Jehová que no se había manifestado a ellos, como lo había hecho con sus padres?
Creo que la respuesta está en Deuteronomio 11. Allí cuando la generación de sus padres era aún joven, Jehová por medio de Moisés les dice:
"Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días.
Y comprended hoy, porque no hablo con vuestros hijos que no han sabido ni visto el castigo de Jehová vuestro Dios, su grandeza, su mano poderosa, y su brazo extendido, y sus señales, y sus obras que hizo en medio de Egipto a Faraón rey de Egipto, y a toda su tierra..." (Deu. 11:1-3)
Jehová sabía que era más difícil que sus hijos le amaran porque no sabian de Jehová, ni le habían visto; sin embargo, los padres sí que podían amar a Jehová y guardar sus mandamientos porque conocían experiencialmente a Jehová.
Por ello, ¿Qué debían hacer los padres?
"Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos." (Deu 11:18)
Los padres debían guardar la palabra de Jehová y ponerla para no olvidar. Tenerla siempre presente. Pero esto no era todo. Había una segunda parte:
"Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas;
para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra." (Deu.11:19-21)
Los padres también debían enseñarlas a sus hijos, en todo tiempo, para que Jehová les bendijera.
Pero esto no fue realidad en las vidas del pueblo, sino que de unos padres "tibios", les nacieron hijos "fríos" en su relación con Jehová.
¡Vive una vida unida a Dios, y vívela junto con tu hijo! ¡Ama a Dios y haz que tu hijo también ame a Dios !
Haz que tu hijo conozca vivencialmente a Dios.
En Exodo 13 habla sobre esto. Cómo un padre comparte con su hijo quién es Jehová y lo que "Jehová hizo conmigo" (Ex. 13:8), vivenciando la obra de Jehová en su vida y en la de su hijo.
No permitas "entibiarte". Pon ejemplo de una relación estrecha con Dios para que tu hijo no sea "otra generación que no conocía a Jehová"