Dios no da la importancia en hacer, sino en ser. En Mat. 7:22,23 dice:"Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad."
No pocos, sino muchos estarán en esta equivocación: iran delante de Dios con su "hacer" (profetizar, echar fuera demonios, hacer milagros) supuestamente "en el nombre de Dios", pero Dios les rechaza con tres sentencias indiscutibles:
- Nunca os conocí: "hacer cosas para Dios", no significa que conocer a Dios y tener comunión.
- apartaos de mí: "hacer cosas para Dios", no significa una seguridad de una vida eterna con él.
- hacedores de maldad: "hacer cosas para Dios" no es sinónimo de hacer lo que quiere Dios.
¿Él estará contento con su hijo? El hijo usó una "excusa de hacer algo para su padre" para "hacer maldad" contra su padre. Entonces, ¿Debemos hacer cosas para Dios? Por supuesto, pero priorizando según la voluntad de Dios.
Cuando Saúl no obedeció a Dios sino que priorizó sus deseos respecto a los deseos de Dios, Samuel dijo:
"¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros." 1 Sa 15:22
Hagamos cosas para Dios, cuando seamos como Dios quiere, porque sino pasará como en Jer 11:15
"¿Qué derecho tiene mi amada en mi casa, habiendo hecho muchas abominaciones?¿Crees que los sacrificiosy las carnes santificadas de las víctimas pueden evitarte el castigo? ¿Puedes gloriarte de eso?"
Primero "seamos" y luego "hagamos", no cambiemos el orden.